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Las 5 fases del duelo Homer Simpson (también para pandemia COVID-19)

Las 5 fases del duelo Homer Simpson (también para pandemia COVID-19)

Ante cualquier pérdida de un ser querido y mala noticia en general se atraviesan una serie de fases psicológicas y emocionales en el proceso de desde que recibes la noticia hasta que la terminas aceptando. Las llamadas «fases del duelo».

Y…, , estar sufriendo una pandemia mundial que está en el momento cumbre de caos ahora y nos asusta y cambia por completo nuestra forma de vida, podemos contarlo como «mala noticia». 😉

Las 5 fases del duelo en Homer Simpson

En los Simpsons, en el episodio en que Homer come un pescado venenoso (Fugu) y le dice el doctor Hibbert que va a morir, hay un trocito muy gracioso que a mí siempre me hace recordar las 5 fases del duelo:

(Debajo del vídeo pongo la transcripción del trocito de diálogo)

— (Señor Simpson,) pasará por 5 fases diferentes: la primera es rechazo.
— ¡Yo qué voy a morir! ¡yo qué voy a morir!
— La segunda es rabia.
— ¡Maldito matasanos, le voy a…!
— La tercera es el miedo.
— ¿y después?¿qué viene después?
— Negociación.
— Doctor, si me salva le pondré un chalé en la sierra.
— Y por último..: aceptación.
— Bueno.., todos hemos que morir algún día.
— Señor Simpson, su progreso me asombra.

1) RECHAZO/NEGACIÓN. ESTO NO HA PASADO O NO ME VA A PASAR.

  • en un anuncio de enfermedad mortal: «No puede ser. Estarán mal las pruebas/análisis»
  • en una noticia de fallecimiento: «No puede ser. Estará mal la información que te ha llegado, el listado, algo…»
  • en cualquier mala noticia: «evito el tema y me esfuerzo en ‘olvidarlo’ y ‘meterlo bajo la alfombra’ y ‘hacerme un mundo imaginario artificialmente positivo’.
  • en COVID-19: «No puede conventirse en pandemia bestial. Es algo de China que está muy lejos». De cualquier mala noticia «evito el tema y me esfuerzo en meterlo bajo la alfombra’.

2) RABIA/IRA. BUSCAR CULPABLES.

  • en temas de enfermedad grave o accidentes: «¿Cómo no lo vio venir? Pudo haberse hecho pruebas y no lo hizo». «Pudo haber dejado de fumar/etc». «¡¿Por qué se arriesgó a coger el coche…?!».
  • en COVID-19: El gobierno toma medidas mal o tarde, el presidente mal, los chinos mal, y Hubei, origen del virus, peor. 😉

3) MIEDO. A LA NUEVA SITUACIÓN DESCONOCIDA.

  • en temas de enfermedad grave o accidentes: «¿Cómo se va a desarrollar?» «¿qué caminos posibles pueden pasar?» «¿Hay posibilidades de curación?» «¿Y yo: cómo voy a vivir sin él/ella?» «¿Y qué va a ser de nosotros?» «¿y económicamente?, tampoco podremos subsistir!»
  • en COVID-19: se suma la ‘infoxicación’ (intoxicación por exceso de información 😉 ) a base tantas noticias en redes sociales, whatsapp, TV, periodicos online, en todo momento del día.
    Por lo que tenemos miedo a cuáles de las cosas terribles que nos llegan son verdad, ¿cuáles de los escenarios ocurrirán?, ¿nos ocultan cifras?, ¿qué será de nosotros?, ¿cuánto mata?, ¿cuánto de grave es a nivel de país? ¿Podremos seguir con nuestra forma de vida o nos colapsaremos y llegarán disturbios y apocalipsis?

4) NEGOCIACION/PACTO. SI SUCEDE UN MILAGRO, HAGO LO QUE SEA.

Este ‘condicional’ (si…) se puede mezclar un poco con la fase de rabia (—de hecho no te sientas mal por cambiar de una a otra fases—), pero con el matiz de que en estos escenarios condicionales imaginarios no te centras en buscar culpable y enfadarte con él, sino más bien en un paso de transición hacia la aceptación final. «Ojalá pasase tal cosa o hubiera pasado tal cosa…; pero si no, ¡toca suspirar y seguir adelante!».

  • en temas de enfermedad grave si aún no ha llegado el suceso funesto: «Si todavía sucediese un milagro, ¡hago la ‘penitencia’ que sea! ¡cambio de vida!»,
  • en temas de fallecimiento o cosa mala que ya sucedió: «Si no hubiera salido a esa hora de casa…», «si yo hubiera hecho tal cosa que afectó a cuándo hizo el fallecido tal otra»…
  • en COVID-19: Si hubieramos cerrado fronteras, si hubieramos hecho lo que hizo tal país…, si esto hubiese sucedido de otra forma o cambiase mágicamente a como a mí me gustaba mi vida… :_(

5) ACEPTACIÓN.

Aceptación final del suceso. Pero una aceptación con adaptación positiva a la nueva situación y con aprendizaje; no una falsa ‘aceptación’ con resignación y tristeza perpétuas de quedarse anclado en la desazón añorando tiempos pasados. 😉


Consejos para superar mentalmente la pandemia:

Si ves que todo lo que ‘te llega’ es información negativa, busca tú datos positivos, toda la solidaridad que está desatando como cuando hay catástrofes, sácale algo bueno al cambio de vida, disfruta del tiempo con tu familia si estás con ellos. Si están en otra casa, valoremos por su ausencia la importancia del visitarles y el cariño de abrazos y gestos físicos. Nota el sentimiento de ‘piña’ durante los aplausos en toda España (y en todo el mundo). Remarca y haz visible a toda la gente que está pensando en los demás y cumpliendo el #yomequedoencasa; en vez de que lo que más se conozca sean los casos puntuales de descerebrados que no ayudan.

ESTO TAMBIÉN PASARÁ.

#TODOVAASALIRBIEN. 🙂

Reordena tus prioridades…

Reordena tus prioridades…

Como decía un anuncio…:
«una reunión importante…, una cita importante…,
[…] ten claro lo que de verdad es importante«.

(el anuncio luego anunciaba no sé si seguros o clínica privada o algo así. Pero el mensaje es lo ‘importante’ 😉 : la salud, la vida –y en mi opinión, vivirla amando–, eso es lo principal).

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Lo que voy a contar hoy, lo expresa muy bien este vídeo:

Para quien no quiera verse los 7 minutos de vídeo, lo resumo en texto:

– Les preguntan a una serie de personas quién es su ser más querido  y qué le van a regalar por Navidad.

Contestan que videojuegos, discos de música, un móvil…

Después les preguntan qué regalarían a esa misma persona si les tocase la lotería y el dinero, por tanto, no influyese.

Contestan cosas más grandes, chalets, viajes por el mundo…

Y por último les preguntan qué le regalarían si supieran que este año van a ser sus ÚLTIMAS navidades.

A todo el mundo se le hace nudo en la garganta cuando se pone en la situación y se lo imagina en serio.

Y, como era de esperar, los ‘regalos’ pasan a ser los que de verdad importan: «no le regalaría nada: me regalaría a mí», «estar con ella», «reconciliación», «pedir perdón», «juntar a la familia»…

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No esperemos a que la muerte de un ser querido nos haga abrir los ojos.

No esperemos a que una enfermedad grave con posibilidad de muerte sea quien nos haga cambiar.

Reordena tus prioridades hoy. Reorganiza y reflexiona sobre tu escala de valores. ¿Qué cosas son para ti lo más importante?. No des una respuesta rápida y teórica. No estás respondiendo para quedar bien ante nadie ni para sentirte bien y evitar pensar en ello. Sino respondeté analizando tu forma de vida y a qué dedicas tu tiempo limitado de vida, tus pensamientos y tus preocupaciones…

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Vive como si fueras a vivir 100 años, porque a lo mejor vives 100 años;
pero vive también como si fueras a morir mañana, porque puede ser así.

[versionada cita que se atribuye a Gandhi]

Nota reflexión extra: no se trata de que ames y demuestres tu amor ‘porque’ puedas morirte tú o tu ser querido, y vayan a ser vuestras últimas palabras;
ama gratuitamente y siempre hazlo porque ‘te salga’; pero para quienes no ‘les salga’ de forma natural, este pensamiento puede ser un buen comienzo para darse cuenta e iniciar el cambio de forma de tomarse los sucesos de la vida. 😉

El don de ser diferente

El don de ser diferente

Estos meses ha habido muchos cambios en mi vida y mi situación laboral. Ya hablaré de lo aprendido sobre ello entre sentimientos, interior, ayuda recibida y valores descubiertos…
Hoy… os voy a contar un cuento.
También tiene que ver con mi vida y es profundo darse cuenta de ello; pero sobre todo ha ayudado a una persona muy importante para mí que está descubriendo entre flaquezas y fuerzas de Fénix el don de ser diferente.

/*

Por mi lucha contra la injusticia, quiero anunciar bien visible que aunque había oído una historia similar no sé cuándo, la preciosa forma en que está contado este cuento que comparto es del autor Eloy Moreno. Sacado de su blog https://www.blog.eloymoreno.com/el-cantaro-roto/ donde hay otras historias recomendables para la reflexión y la felicidad.

*/

Se titula «EL CÁNTARO ROTO«.

Tal vez alguna vez te has comparado con otros cántaros y has pensado que tú, por todo lo que no sabes hacer, todo lo que haces más lento que otros y todo lo que haces de manera diferente a otros, eras «un cántaro roto»…

 

En una pequeña aldea situada en un desierto, vivía un hombre que cada mañana traía agua desde un manantial ubicado a unos pocos kilómetros de distancia.
Colocaba dos grandes cántaros a ambos lados de una gruesa barra de madera que, a su vez, apoyaba en sus hombros. Y así, con la alegría en el cuerpo y una sonrisa en el alma, comenzaba un camino que siempre era el mismo.
Tardaba más o menos una hora en llegar hasta el manantial. Una vez allí, se sentaba un rato a descansar y después llenaba los dos cántaros para iniciar el regreso.

Aunque eran parecidos, había una diferencia importante entre ambos recipientes. Uno cumplía a la perfección su trabajo, pues mantenía toda su agua intacta durante el trayecto. En cambio, el otro, debido a una pequeña herida en uno de sus costados, iba perdiendo agua durante el regreso; tanta que, al llegar de nuevo a la aldea, había perdido la mitad de su contenido.

Este último cántaro, conforme pasaban los días, se sentía cada vez más y más triste, pues sabía que no estaba cumpliendo con su trabajo. Y aun así no entendía por qué su dueño no lo arreglaba o, directamente, lo sustituía por otro. “Quizás”, pensaba, “esté esperando el momento en que me rompa totalmente para cambiarme por uno más nuevo”.

Llegó el día en que ya no pudo aguantar más y, aprovechando, que el aguador lo abrazaba entre sus manos para llenarlo de agua, se dirigió a él:
-Me siento culpable por hacerte perder tiempo y esfuerzo. Te pido que me abandones y me cambies por otro más nuevo, pues ya ves que soy incapaz de servirte como debiera.
-¿Qué? -contestó el aguador, extrañado-. No te entiendo, ¿por qué dices que no me sirves?
-Acaso no te has dado cuenta de que estoy roto y voy perdiendo la mitad del agua durante el camino de vuelta.

El aguador, conmovido, mostró una pequeña sonrisa, la abrazó junto a su pecho y le dijo en voz baja:
-No eres mejor ni peor, simplemente eres diferente y justamente por eso te necesito.
El cántaro no entendía nada.
-Mira, vamos a hacer una cosa -le contestó el aguador-. Hoy, durante el trayecto de vuelta quiero que te fijes bien a qué lado del camino crecen flores.

 

Si todos fueramos cántaros iguales. En ese camino no habría flores.

Todos somos diferentes y gracias a esas diferencias nos complementamos para ayudarnos los unos a los otros. Un «hoy por ti mañana por mí» desinteresado.

Como añadía mi viejo profesor de matemáticas tras muchos teoremas y teorías, «Corolario» de esto:  😉

Lo mismo ocurre aplicando la metafora a los conocimientos. Unas personas y otras saben de cosas diferentes; pero haber memorizado nombres, fechas o fórmulas y demostrarlo en conversaciones, no implica ser de una especie de nivel superior. He oído decirlo a abuelillos y/o a personas sin estudios y de pueblo, como avergonzándose, que no saben nada.

Sus caminos les ha otorgado unas experiencias diferentes.  Pueden no saber por qué la electricidad puede hacer que en una pantalla salgan imágenes, pero saben decirte, sin app de smartphone, cuándo va a llover.

cantaro roto

Todos somos diferentes. De hecho no te hará bien esmerarte en querer ser «como alguien« ni «como todos«. En todo caso usa las experiencias de otros para aprender de sus errores o trata de replicar en ti alguno de los valores que veas brillar en alguien. Pero no quieras «ser ese alguien«.
Tú eres genial por ser quien eres: no por cuántos te aceptan…, no por los productos que luces… No necesitas todo eso para ser un héroe: con cada sonrisa que regalas, cada acto de entrega por pequeño que sea, estás cambiando la vida de muchas personas (la de aquella que la recibe; las de quienes, sin tu saberlo, observan con aprecio ese detalle que les hace reflexionar…; y, por supuesto, la tuya).

El tiempo es oro

El tiempo es oro

Como os avanzaba en la entrada sobre «perder la vida» para «ganarse la vida»…, el refrán «El tiempo es oro» tiene dos lecturas:

– es «oro» porque es valioso por ser finito y que nadie conoce cuanto ‘posee’.

fraseGandalfTiempoQueSeNosHaDado

 

Pero y también, y de esto trata la entrada..,

– es «oro» porque te pasas la vida intercambiando uno por otro. En nuestra sociedad están directamente relacionados.

1.- Cuando trabajas entregas tu tiempo y esfuerzo para conseguir dinero.

2.- Cuando pagas por un servicio (que cocinen para ti, que te lleven en taxi…) cambias tu dinero por comodidad y tiempo.

La parte 1 es evidente: por mucho que «el trabajo dignifique», se trabaja por el sueldo. Si no, no lo llamarías trabajo. Sería un hobbie.

De la parte 2 habitualmente vemos más fácilmente que el dinero da comodidad, placer, etc.; pero no suele valorarse tanto que con el dinero compras tiempo.

Obviamente no me refiero a añadir tiempo al final de tu vida y extenderla; sino a usar el tiempo de tu vida de forma diferente. Porque el dinero no es ni debe ser el objetivo de tu vida; no es un fin sino un medio más con el que cuentas para estos trueques.

Recuerda aquello de que la Felicidad es el caminio, no un destino.

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Cada persona es un mundo y evidentemente hay circunstancias que obligan a trabajar 18h al día por un salario infrahumano para, sencillamente, dar de comer a tu familia. Pero partiendo de la base de que no me refiero a esos casos.., quiero compartir algunas frases (reales) que me llevaron a pensar en escribir está entrada:

– Salgo tan tarde y cansada de trabajar que me vuelvo siempre en taxi en vez de en transporte público.

– Como siempre voy super apurada de tiempo, al final me muevo en taxi incluso en trayectos cortos. (persona diferente a la primera)

– Como nunca tengo tiempo de ir a hacer la compra la hago siempre por internet pagando para que la traigan a casa.

– Todos los días como y ceno fuera de casa porque no tengo tiempo de hacerme la comida.

– Compro siempre las medicinas pagando el precio completo (incluso de los tratamientos) por el tiempo que tardaría en el médico.

– Pago a una niñera a tiempo completo porque ambos trabajamos hasta tarde y no podemos cuidar de los niños.

 

Si te paras a echar cuentas o reflexionar, hacer cosas pagando porque tú no tienes tiempo para hacerlas, no es una decision que tomar a la ligera. Por supuesto a veces lo que inclina la balanza no es la rapidez sino también la comodidad de uno. Pero otras muchas, sabes bien que la decisión es debido sobre todo al tiempo.

balanza dinero vs tiempo


Un gran libro que recomiendo a niños y mayores, que justamente toca este tema es «Momo».

Momo… y los hombres grises… los ladrones de tiempo…

He encontrado esto al ir a buscar alguna sinopsis. Creo que merece la pena leerse. (https://psicoanalisisypensamientofilosofico.blogspot.com.es/2011/02/momo-y-la-metafora-de-los-hombres.html)

Todo se complica con la llegada de los hombres grises […]

en la ciudad la gente esta todo el tiempo apresurada, no tienen tiempo ya para charlar con Momo, es decir no tienen tiempo para el otro, pero tampoco tienen tiempo para si mismos, hacen todo rápido, dejan de tomar sus descansos en el trabajo para ahorrar unos 10 minutos al día, comen a toda prisa, para ahorrar otro poco de tiempo.

Momo intenta mostrarles lo absurdo de ahorrar tiempo quitándoselo a las actividades que se disfrutan para solo concentrarse en el trabajo pero los habitantes de la ciudad están tan alienados al discurso de los hombres de gris que ya no escuchan a momo, ni le preguntan su opinión, están siempre de mal humor, cansados, hartos pero con mucho tiempo ahorrado.

[…]

Momo se convierte en enemiga de los hombres grises porque representa otra forma de relacionarse con el tiempo, Momo representa el tiempo del corazón, el tiempo de las vivencias, del amor, el deseo, del estar con el otro.

[…]

Actualmente la gente vive ahogada en el tiempo, solo tiene tiempo para trabajar, desean tener una relación de pareja, pero no se dan el tiempo de tenerla, les gustaría ver y pasar mas tiempo con sus amigos pero no pueden, desean descansar pero solo lo hacen por periodos muy cortos porque siempre hay algo que hacer, tienen hijos pero nunca los ven, no juegan con ellos , conviven mas los niños con sus maestros y nanas que con los padres, aunque claro visten muy bien, viven en una casa grande tienen los mejores videojuegos, pero no amor.

[…]

Perder la vida para «ganarse la vida»

Perder la vida para «ganarse la vida»

trabajar hasta estar perdiendo la vida para ganarse la vida

Trabajar, para ganarse la vida…
¿Pero por qué esa vida que se «gana» la tiene que desperdiciar trabajando tanto para «ganarse la vida»?

Es invisible  y delgada la línea que hay entre lo sensato de la importancia de tener un trabajo y la sinrazón de que mantener ese trabajo esté consumiendo tu vida, tu tiempo, tus relaciones y tu sonrisa.

Cuando tenga más tiempo

Ahora no. Supongo que lo haré cuando tenga más tiempo…

También es invisible y hay que encontrarla la línea que separa «una semana atareada» o «un mes malo que exige muchas horas extra», de un trabajo que consume tu vida y hace que a casi cualquier pregunta relacionada con proyectos ilusionantes o planes, tu respuesta tenga que ser «tal vez cuando tenga más tiempo» (pensando en años de distancia).

Reflexiones Dalai Lama sobre el hombre occidental.
Lo que más me sorprende del hombre occidental

es que pierden la salud para ganar dinero,

después pierden el dinero para recuperar la salud.

Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan el presente;

por lo que no viven ni el presente ni el futuro.

Y viven como si no tuviesen que morir nunca…

y mueren como si nunca hubieran vivido.
.

 

Sólo tienes una vida y de ti depende qué hacer con el tiempo que se te ha dado.

 

Como decía la canción que os dejaba en este ‘post’..:

Nos convencemos a nosotros mismos
de que la vida será mejor después…

Después de conseguir trabajo, después de casarnos,
después de tener un hijo, tal vez tras tener el otro.

[…]

escandalosamente rico o escandalosamente feliz

Por supuesto no confundir esto que aquí presento de «tener cuidado con la posición que, en tu escala de valores, otorgas al trabajo independientemente de que te haga desgraciado», con un despreocupado «Carpe Diem» («aprovecha el momento»), haz el loco escudandote en tu Libertad, y apuntate sin pensar en nadie a la llamada generación «Ni ni» («ni estudian ni trabajan»).

Entre otras cosas porque esto de «no dejes que tu trabajo absorba tu vida y tu alegría» tal vez no sea nada fácil según la situación de cada uno. Y por descontado el dinero es necesario para comprar comida, alimento y bienestar.

Sólo quiero dejar claro para aquellos que me lean ahora o en el futuro dos cosas ante la situación de un trabajo gris que se alarga en infinitas horas extras y en el que o no estás a gusto o, lo que es peor, estás totalmente a disgusto:

  • Por negro que lo veas, no te cierres la puerta a plantearte una salida. (Eso no significa que con hijos e hipoteca te despidas del trabajo sin preaviso; pero sí «no te cierres a plantearte salir de ahí»). Plantearse las cosas no significa que luego las hagas; pero tanto en esa situación como en cualquiera de tu vida, te aseguro que te ayudará mucho la forma de pensar «No opino igual, pero ‘dejo la puerta abierta’ a que pueda ser verdad» («y me asomaré por la rendija para ver si cruzo dicha puerta»). 😉

 


 

Y una última cosa que me parece muy importante en relación con esto:

¿ Te suena el refrán «El tiempo es oro» ?

  • Está la forma de interpretarlo más filosófica que he presentando hasta ahora: «el tiempo de tu vida, como es finito, es valioso»

Pero quiero mostrarte una interpretación que sería bueno tener en cuenta a la hora de valorar este tipo de reflexiones:

  • «El tiempo es oro» porque «tu tiempo vale dinero: cambias tiempo por dinero». En la vida estás permanentemente cambiando tiempo por dinero y dinero por tiempo.
    Como esta reflexión también tiene ‘chicha’, le dedicaré le he  dedicado una entrada propia.
    Pero el avance-resumen es que también en esto hay una línea oculta que tienes que decidir tú dónde colocas: la línea que separa hasta cuánto tiempo de vida estás dispuesto a sacrificar para conseguir dinero.
    No te vaya a pasar lo que decía el Dalai Lama y la viñeta de la lápida: de que cuando quieras usar ese dinero, ya sea tarde. 😉

 

11-M

11-M

Hoy, a 2013, hace ya ¡9 años! del «11-M» que nos marcó a todos.

Recordar un acto brutal no es morbo o rencor (o no debería serlo);
en lugar de eso, puede y debe servirnos para recordarnos qué valores queremos potenciar y de cuáles alejarnos lo más posible.

(p.ej: manifestación más multitudinaria de… desde siempre. allí no había colores, partidos ni banderas; sólo humanidad) (y también fue y será memorable las colas y colas que se formaron para donar sangre desde antes de que se pidiera o necesitara)

«Hoy… que un mar humano grita ‘¡Basta!’, que saca el corazón su casta…»lazo_negro

Parte de mí

Parte de mí

Recorrió largo tiempo en su reloj.
Peleó para ser lo que es hoy.
Luchador, testarudo y cómo no
cariñoso y tierno como yo.

Sin pensar me enseñaba a reaccionar
al calor de su lumbre y su voz.
Un bastón le ayudaba a caminar,
pero él era duro como yo.

Y el camino acabó.
Su mirada dulce y gris voló.
Y su luz se apagó como la llama
del candil que hace tanto tiempo ardió.
Y su voz susurraba y susurraba
«liberadme de todo el dolor».

Una vez de pequeño me cantó
la canción que de niño aprendió.
Carcajadas comenzaron a sonar,
porque él era alegre como yo.

Él nos dijo adiós.
Va a reunirse pronto con su Dios.
Y su luz se apagó como la llama
del candil que hace tanto tiempo ardió.
Y su voz susurraba y susurraba
«liberadme de todo el dolor».

[x3]

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una rosa

Adios, papá.

(13/04/1942 – 26/11/2012)

Todo tiene lado bueno

Todo tiene lado bueno

Este mes, por lo de mi padre, va a ser de los más duros de la vida. Lo está siendo ya por la incertidumbre del cuándo, pero y lo será también cuando finalmente ocurra. Escribo esto hoy (que aún está con nosotros), para releerlo cuando no tenga fuerzas.

Aún en estos oscuros momentos, doy gracias a Dios por el don del Optimismo que tengo sin ser mérito mío.

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El tema de la entrada de hoy llevaba tiempo rondando por mi cabeza; pero.., claro.., todo es muy ‘bonito‘ (poco creíble) cuando quien habla de ser «optimista» es alguien a quien ‘todo le va bien’. Creo que ahora, a punto de perder a un padre, puede ser más fácil conectar con mis sentimientos y creer lo que quiero transmitir.

Siempre he creído y aún creo que, en esta vida, todo,
o tiene ‘lado bueno’,  o de ello se puede aprender algo.

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Como ya dije en la entrada «¿Tú cómo ves la vida?«, todo depende de la forma de ver un mismo suceso. Siempre ante cualquier situación, por mala que sea, hay dos formas de ver las cosas:

  • ver lo malo (todo lo que pudo haber pasado para mejorar la situación pero no pasó)
  • o ver lo bueno (las cosas positivas que sí pasaron; es decir: las que, dentro de lo malo de la situación, eran menos dolorosas que *otras posibilidades* que también podían pasar).

*OJO: no me refiero a *otras posibilidades* del estilo de «¡Bueno!Podía haber venido un terremoto terrible que nos matase a todos y ¡qué bien!, no ha pasado». ¡No!. Me refiero a *otras posibilidades* realistas, factibles e incluso probables que, por suerte, no pasaron (dentro de una situación dada).

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Por si está quedando muy ambiguo daré un ejemplo real de cómo me estoy esforzando por ver yo mi situación: En mi caso, ante la muerte de un ser querido… Dentro de la situación «un ser querido muere«, podía ocurrir de forma fulminante por sorpresa (con el dolor de las cosas que se quedaron por decir), y podía haberse alargado su sufrimiento (y el consiguiente nuestro) muchísimo tiempo estando así de encamado como está ahora; pero parece ser que va a ser un término medio.

¿Que este ‘lado bueno’ es poco ‘bueno’? puede ser. Pero ahí está la cosa: ante lo peor que se te ocurra, siempre puedes encontrar algun ‘lado bueno’. Unos serán más buenos y agradables y otros más pequeños y/o más dificiles de ver. Dependerá, logicamente, de lo grave de la situación. Y lo que sí es seguro, es la segunda parte: al margen de si ves o no  o crees que existe o no  el ‘lado bueno’, lo que es seguro es que de todo se puede aprender algo:

Igual que de los errores propios se aprende, también de los de otros se puede aprender.

Igual que «al caer aprendes a levantarte», cuando se cae otro te puede avisar sobre qué fue lo que le hizo caer para que tú *no cometas el mismo error*.

*Otro asunto es lo de que «el hombre puede tropezar dos veces en la misma piedra». Osea que aunque te lo avisen (y te eviten caer una primera vez en esa piedra), eso no te libra de volver a caer en ella.

Sin embargo sí habrá otras ‘piedras’ que sólo necesites que alguien cercano caiga para, tú, salir escarmentado y no caer en ellas (vease: Fulanito [ser querido] murió en accidente de coche por no usar cinturón de seguridad asíque estoy más sensible ante ese tema y me lo pongo. Menganito [ser querido] murió de cáncer encontrado demasiado tarde por no hacer caso a unos análisis con un parámetro que avisaba del peligro, asíque si yo veo cualquier cambio en ese parámetro me asustaré desde antes e iré al médico a tiempo).

Y esto que uno puede aprender de cualquier situación no solo pasa por buscar los errores para no cometerlos; sino que, por ejemplo, algo evidente que se aprende ante cualquier pérdida es a valorar más la vida.

(No sólo valorar el regalo de «estar vivo»; sino también a valorar y disfrutar de todas las ‘pequeñas’ cosas de la vida que antes nos pasaban desapercibidas)

— Quizá es una oportunidad…

— Quizá es una oportunidad…

He comenzado el 2012 con buen pie…

No…, pero no lo digo con el significado de la ‘frase hecha’; sino que lo único que tenía bien de todo el cuerpo era el pie. jeje. 😉
Tras un día 1 totalmente sano cuidando a mi novia, que andaba enferma como su madre y su abuela el día anterior, he tenido una noche de nauseas y vómitos, un día 2 de 39 de fiebre y sudores, un día 3 de diarrea y dolor de barriga, y hoy, 4, malestar general y dieta blanda…

Gracias a Dios, justo durante ese día 1 que estuve sano, consolando a mi novia le había narrado este dialogo de la película «Sigo como Dios» («Evan Almighty») en el que Morgan Freeman, en el papel de Dios, mantenía esta conversación con la mujer del protagonista, que estaba triste y desesperanzada porque su marido había dejado su trabajo por seguir a Dios; y ella y sus hijos, dándole por loco le habían dejado a él…

¿Por qué he dicho «gracias a dios»? Porque fue por haber recordado para ella este fragmento, por lo que matuve mucho más ánimo durante los momentos que más jodido débil estaba. 😉

.

—  Perdone, ¿se encuentra bien?

— Sí.  …  …bueno, no.  Es una larga historia.

— Me encantan las historias. Yo me considero un narrador en cierto modo.

— Mi marido….  ¿ha oido hablar del Noe de Nueva York?

— ¿El del arca de madera?

— Ese.

— Me encanta esa historia:  Noe y el Arca. Hay muchos que se confunden y creen que fue todo cólera e ira de Dios. Les encanta cuando Dios se enfada.

— Pues las historia del Arca… entonces… ¿de qué trata?

— Creo que es una historia de amor. Habla de creer en los demas. Los animales aparecieron en pareja, codo con codo. Igual que Noe y su familia.

— Pero mi marido afirma que Dios le dijo que lo hiciera. ¿Qué puedo hacer?

— Quizá es una oportunidad…

Le haré una pregunta: si alguien pide paciencia,
¿cree que Dios le da paciencia?
¿o le ofrece la oportunidad de ser paciente?

Si le pide valor,
¿cree que Dios le da valor?
¿o le ofrece la oportunidad de ser valiente?

Si alguien reza para que su familia se mantenga unida,
¿cree que Dios les infundiría sentimientos de cariño y ternura?
¿o les daría la oportunidad de quererse mucho?

.

En mi caso, lo que mantuvo mi ánimo alto fue esta forma de ver las cosas.
Siempre todo depende de tu forma de ver la vida.

Por ejemplo, una enfermedad aguda como ésta, puede ser una oportunidad de valorar mucho más cada día de salud.

Como se suele decir: «Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena» o «No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes«.

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Una enfermedad (propia o de un ser querido) y, en general, cualquier desdicha, COMO MÍNIMO puede servirnos de ‘toque de atención’ para empezar a valorar más lo que tenemos, disfrutar más de la vida y las personas que nos quieren ¡y también regalar más sonrisas! pues nunca se sabe quién la puede necesitar justo en esos momentos y va a ser para él una luz entre las sombras de la soledad.

terremoto y tsunami Japón 2011

terremoto y tsunami Japón 2011

Esta oración llego a mí el año pasado. Era de una chica joven que rezaba por la gente de Haití tras la catástrofe.

Aunque estaba ‘dedicada’ a la gente que había sufrido aquel terremoto (enero de 2010), es perfecta para hacernos reflexionar ante lo que hoy están viviendo/sufriendo en Japón: tras un terremoto de ¡8.9 grados!, el terrible tsunami que anegó casi todo; y, tras ello, la radiación en Fukushima con el consiguiente miedo e incertidumbre…

 

Después de vivir estos dias totalmente conmoncionada,
de ver y volver a ver las imagenes
y llorar una y mil veces….
Me he sentido totalmente inútil, totalmente paralizada.
He rezado mucho preguntándome
¿Por qué Dios les ha puesto a ellos allí y a mí aquí?
Esta pregunta me ha machacado durante mucho tiempo.

Al final
la conclusión es que se espera mucho de mí,
mucho de cada uno de nosotros

así que me niego a paralizarme,
a dejarme invadir por el desánimo,
quiero reaccionar…

Pido a Dios por todos los afectados,
que puedan sentirle cerca en su dolor,
pero también pido por mí,
que a veces me adormezco en mi vida «cómoda»,
le pido que me de el don de tener los ojos bien abiertos y el corazón sensible,
que no deje nunca de hacer mío el dolor de los demás,
que sea valiente para dar,
que no olvide que Dios me ha puesto aquí,
me ha regalado mi vida para algo…

 

Al igual que por los que sufren hambre y/o enfermedades en África, por la gente de Japón que está a más de 10 mil kilómetros, tampoco podemos hacer mucho más desde aquí que ayudar enviando un sms, una donación o una oración…

Sin embargo, dado que muchas veces cuesta ver el lado bueno de las cosas del día a día,  podemos, en momentos así, por contraste con esa otra gente, darnos cuenta de todo lo bueno que tenemos en nuestra vida. Y aprender a apreciarlo más. Y, al sabernos afortunados, aprender también a tener más empatía y preocupación por los problemas de la gente de nuestro entorno; a la que sí podemos ayudar y consolar.