(p.ej: manifestación más multitudinaria de… desde siempre. allí no había colores, partidos ni banderas; sólo humanidad) (y también fue y será memorable las colas y colas que se formaron para donar sangre desde antes de que se pidiera o necesitara)
«Hoy… que un mar humano grita ‘¡Basta!’, que saca el corazón su casta…»
Ahora que se acaban las cenas y reuniones familiares típicas, las luces y adornos, y los días de vacaciones, nos tiene que (o «nos puede», al menos) quedar eso que llaman el «espíritu navideño«: esas pilas de paz y buena voluntad que no podemos permitir que se desvanezcan en cuanto empiece la rutina o se queden al fondo de la misma caja que el belén o el árbol…
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Es Navidad cada vez que sonríes a un hermano y le tiendes la mano. Es Navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro. Es Navidad cada vez que no aceptas aquellos principios que dejan a los oprimidos excluidos de la sociedad. Es Navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física o espiritual. Es Navidad cada vez que reconoces con humildad tus límites y tu debilidad. Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás. «
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un conocido se acercó al gran filósofo y le dijo:
— ¿Sabes lo que escuché ayer acerca de tu amigo?
— Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada sobre eso quisiera que lo sometieras a un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
— ¿Triple filtro?
— Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, sería buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo «el examen del triple filtro».
— El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
— No -dijo el hombre-, realmente solo escuché un rumor sobre eso y…
— Está bien -dijo Sócrates-. Entonces no sabes si realmente es cierto o no.
— Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
— No, por el contrario…
— Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero sin estar seguro de que sea cierto.
— Pero aun así podría querer escucharlo; porque queda un filtro: el filtro de la utilidad.
— ¿Me servirá de algo lo que vas a decirme de mi amigo?
— No, la verdad es que no.
— Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, y ni siquiera es útil ¿para qué querría saberlo?
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No sé si es cierto que este método del triple filtro atribuído a Sócrates sea realmente suyo. Tengo un poco más claro que es bueno (o al menos no-malo); pues al ser una de sus cribas la bondad, no puede pasar el filtro nada malvado. Y lo que sí estoy seguro es de que es útil; y por eso quería, desde hace tiempo, compartirlo aquí en mi blog. 😉
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Pero creo que no hay que ser tan tajante. Mi consejo es, en nuestra vida, aplicar este triple filtro pero relajando un poco las reglas; porque puede que eso que quieran compartir contigo sea para que tú apliques tus propios filtros: Si es algo que quien te lo cuenta no vivió, al escucharlo puedes razonar también tú cómo de verídico es; ser tú quien juzgue desde tu punto de vista la bondad o maldad del asunto; y, sobre todo, que es soberbio afirmar que algo no va a servirle de nada a otra persona, porque de toda experiencia siempre se puede aprender algo; incluso un rumor falso y extendido con inquina que llegase a tus oídos te serviría, p.ejemplo, para conocer mejor a esa gente que lo está difundiendo.
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El triple filtro ‘light’ del que os hablo quedaría así:
Lo que vas a decir… ¿es verdad?
Si NO es verdad, NO lo digas.
si SÍ es verdad, pasa al siguiente filtro.
si no estás seguro, pasa al siguiente filtro. .
Lo que vas a decir… ¿es bueno?
si SÍ es bueno, pasa al siguiente filtro.
si NO es bueno o no estás seguro, pasa al siguiente filtro. .
Lo que vas a decir… ¿es útil?
si «NO crees que sea útil» o «que se sepa no va a ayudar a solucionarlo» –> dilo sólamente si era VERDAD y algo BUENO.
si no sabes si será útil que se sepa –> dilo sólamente si…
ESTAS SEGURO DE QUE ES VERDAD; o…
si no estás seguro de ello, pero sí de que es algo BUENO.
si claramente sí será útil dar a conocer esa información –> dilo. (En este punto lo que vas a decir es posiblemente cierto y útil)
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Un ejemplo: descubres algo que olvidó alguien de tu familia y tienes ganas de decirle que la ha fastidiado («¡Se te olvidó traerme aquello que te dije!»). Si aplicamos el filtro el asunto queda:
Lo que voy a decirle es verdad?Sí. Claro que es verdad! Por ello me he quedado sin eso que se suponía que iba a traerme.
Lo que voy a decirle es bueno?No. Es una mini-bronca. Es algo malo para él/ella. Quiero decirle que la ha ‘cagado’.
Lo que voy a decirle es útil? Posiblemente no. Porque aunque pudieramos pensar: «será útil para mejorar su memoria para otra vez»; esta explicación está ‘cogida con alfileres’: si ha sido un olvido y no hay nada que él/ella pueda hacer a corto plazo para solucionarlo, es tontería hacerle sentir mal para nada.
El 11 de Marzo de 2004, 200 viajeros cogieron, sin saberlo, los trenes con destino al Cielo…
Hace ya 6 años… y, al pensar en ello, se me sigue erizando la piel, recorriendome un escalofrío idéntico, y aún tengo que contener esas lágrimas mezcla de rabia, impotencia, asombro e imcomprensión que humedecen mis ojos sin llegar a brotar…
(Autor: José Córdoba, el «Chivi». Canción: «Trenes para el cielo»)
Lo que se memoriza puede olvidarse, lo que se siente y emociona, no.
Una de las cosas que distingue al ser humano es la búsqueda del «¿POR QUÉ?» de las cosas. La curiosidad por el mundo que le rodea. Imaginad esta situación: un gato pequeño y un un niño pequeño están sentados en el suelo. Entonces, desde un lado, les tiramos rodando un ovillo de lana y una pelota respectivamente. El gato, encantado, saltará sobre el ovillo según viene; el niño, sin embargo, asombrado, primero mirará intrigado de dónde ha salido esa pelota: POR QUÉ ha aparecido (aunque luego igualmente se ponga a jugar).
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Puedo entender perfectamente (aunque, evidentemente, no lo comparta), un asesinato, un ajuste de cuentas por odio, venganza, dinero… pero ¿CÓMO ALGUIEN PUEDE LLEGAR A HACER ALGO COMO EL 11-M? :_·(
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<< Por mucho que deseemos que esos horribles sucesos (Hitler, bombas en restaurantes, rascacielos…) no hubieran ocurrido, el hecho es que ocurrieron.
Y hoy somos lo que somos, gracias a ellos.
Nuestra ira, nuestra compasión, nuestra conciencia, nuestros conocimientos.
Si alterasemos la historia para impedir que ocurrieran, cambiaría todo: Lo malo Y LO BUENO. >>