Donde haya odio ponga yo amor
Una oración no es una especie de poesía que se lee y su contenido ‘suena’ bonito o profundo. Es mucho más: de cada frase, meditandola despacio, obtendrás la voluntad y fortaleza que tantas veces faltan…
Gandhi decía: «La plegaria no es un entretenimiento ocioso para alguna anciana. Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para la acción.»
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Sea uno creyente o no, de esta oración que comparto aquí a continuación podemos aprender mucho todos…
Si nos esforzamos por recordarla a menudo, conseguiremos distinguir en el momento necesario las situaciones en que, ‘mojándonos’, nuestros actos pueden hacer que el mundo cambie a mejor (*).
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Señor, hazme instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, perdón;
donde haya discordia, armonía;
donde haya error, verdad;
donde haya duda, fe;
donde desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz.
y donde haya tristeza, alegría.Oh Señor,
que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar,
en ser comprendido, como en comprender,
en ser amado, como en amar.Porque dando (y dándoSE), se recibe
(la recompensa es mucho mayor que el ‘sacrificio’),
olvidándose de sí mismo (Ego, etc.) uno se encuentra a sí mismo (tu YO más auténtico, no la máscara/armadura que te has acabado creando),
perdonando se es perdonado (el perdon no es algo que el que perdona, desde más arriba del perdonado, conceda porque es «bueno» o «generoso»: hay que perdonar de igual a igual desde el amor humilde)
y muriendo a sí mismo (lo de «olvidarse de uno mismo» pero ‘a tope’) se resucita a la vida eterna.
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(*)= Tal vez el mundo (o nuestro ‘mundo’ cercano) sólamente cambie a mejor ‘una pizca’… Tal vez aparentemente no haya cambiado nada… O puede que simplemente nosotros no veamos esos ‘cambios’. Aún así, ante las tinieblas, deja que brille tu luz; pues los actos de amor NUNCA dejan indiferentes. Nunca caen en el olvido: se puede acabar olvidando el acto en sí, pero no el sentimiento que generó al verlo. Cada grano de arena cuenta.
2 respuestas a «Donde haya odio ponga yo amor»