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Las 5 fases del duelo Homer Simpson (también para pandemia COVID-19)

Las 5 fases del duelo Homer Simpson (también para pandemia COVID-19)

Ante cualquier pérdida de un ser querido y mala noticia en general se atraviesan una serie de fases psicológicas y emocionales en el proceso de desde que recibes la noticia hasta que la terminas aceptando. Las llamadas «fases del duelo».

Y…, , estar sufriendo una pandemia mundial que está en el momento cumbre de caos ahora y nos asusta y cambia por completo nuestra forma de vida, podemos contarlo como «mala noticia». 😉

Las 5 fases del duelo en Homer Simpson

En los Simpsons, en el episodio en que Homer come un pescado venenoso (Fugu) y le dice el doctor Hibbert que va a morir, hay un trocito muy gracioso que a mí siempre me hace recordar las 5 fases del duelo:

(Debajo del vídeo pongo la transcripción del trocito de diálogo)

— (Señor Simpson,) pasará por 5 fases diferentes: la primera es rechazo.
— ¡Yo qué voy a morir! ¡yo qué voy a morir!
— La segunda es rabia.
— ¡Maldito matasanos, le voy a…!
— La tercera es el miedo.
— ¿y después?¿qué viene después?
— Negociación.
— Doctor, si me salva le pondré un chalé en la sierra.
— Y por último..: aceptación.
— Bueno.., todos hemos que morir algún día.
— Señor Simpson, su progreso me asombra.

1) RECHAZO/NEGACIÓN. ESTO NO HA PASADO O NO ME VA A PASAR.

  • en un anuncio de enfermedad mortal: «No puede ser. Estarán mal las pruebas/análisis»
  • en una noticia de fallecimiento: «No puede ser. Estará mal la información que te ha llegado, el listado, algo…»
  • en cualquier mala noticia: «evito el tema y me esfuerzo en ‘olvidarlo’ y ‘meterlo bajo la alfombra’ y ‘hacerme un mundo imaginario artificialmente positivo’.
  • en COVID-19: «No puede conventirse en pandemia bestial. Es algo de China que está muy lejos». De cualquier mala noticia «evito el tema y me esfuerzo en meterlo bajo la alfombra’.

2) RABIA/IRA. BUSCAR CULPABLES.

  • en temas de enfermedad grave o accidentes: «¿Cómo no lo vio venir? Pudo haberse hecho pruebas y no lo hizo». «Pudo haber dejado de fumar/etc». «¡¿Por qué se arriesgó a coger el coche…?!».
  • en COVID-19: El gobierno toma medidas mal o tarde, el presidente mal, los chinos mal, y Hubei, origen del virus, peor. 😉

3) MIEDO. A LA NUEVA SITUACIÓN DESCONOCIDA.

  • en temas de enfermedad grave o accidentes: «¿Cómo se va a desarrollar?» «¿qué caminos posibles pueden pasar?» «¿Hay posibilidades de curación?» «¿Y yo: cómo voy a vivir sin él/ella?» «¿Y qué va a ser de nosotros?» «¿y económicamente?, tampoco podremos subsistir!»
  • en COVID-19: se suma la ‘infoxicación’ (intoxicación por exceso de información 😉 ) a base tantas noticias en redes sociales, whatsapp, TV, periodicos online, en todo momento del día.
    Por lo que tenemos miedo a cuáles de las cosas terribles que nos llegan son verdad, ¿cuáles de los escenarios ocurrirán?, ¿nos ocultan cifras?, ¿qué será de nosotros?, ¿cuánto mata?, ¿cuánto de grave es a nivel de país? ¿Podremos seguir con nuestra forma de vida o nos colapsaremos y llegarán disturbios y apocalipsis?

4) NEGOCIACION/PACTO. SI SUCEDE UN MILAGRO, HAGO LO QUE SEA.

Este ‘condicional’ (si…) se puede mezclar un poco con la fase de rabia (—de hecho no te sientas mal por cambiar de una a otra fases—), pero con el matiz de que en estos escenarios condicionales imaginarios no te centras en buscar culpable y enfadarte con él, sino más bien en un paso de transición hacia la aceptación final. «Ojalá pasase tal cosa o hubiera pasado tal cosa…; pero si no, ¡toca suspirar y seguir adelante!».

  • en temas de enfermedad grave si aún no ha llegado el suceso funesto: «Si todavía sucediese un milagro, ¡hago la ‘penitencia’ que sea! ¡cambio de vida!»,
  • en temas de fallecimiento o cosa mala que ya sucedió: «Si no hubiera salido a esa hora de casa…», «si yo hubiera hecho tal cosa que afectó a cuándo hizo el fallecido tal otra»…
  • en COVID-19: Si hubieramos cerrado fronteras, si hubieramos hecho lo que hizo tal país…, si esto hubiese sucedido de otra forma o cambiase mágicamente a como a mí me gustaba mi vida… :_(

5) ACEPTACIÓN.

Aceptación final del suceso. Pero una aceptación con adaptación positiva a la nueva situación y con aprendizaje; no una falsa ‘aceptación’ con resignación y tristeza perpétuas de quedarse anclado en la desazón añorando tiempos pasados. 😉


Consejos para superar mentalmente la pandemia:

Si ves que todo lo que ‘te llega’ es información negativa, busca tú datos positivos, toda la solidaridad que está desatando como cuando hay catástrofes, sácale algo bueno al cambio de vida, disfruta del tiempo con tu familia si estás con ellos. Si están en otra casa, valoremos por su ausencia la importancia del visitarles y el cariño de abrazos y gestos físicos. Nota el sentimiento de ‘piña’ durante los aplausos en toda España (y en todo el mundo). Remarca y haz visible a toda la gente que está pensando en los demás y cumpliendo el #yomequedoencasa; en vez de que lo que más se conozca sean los casos puntuales de descerebrados que no ayudan.

ESTO TAMBIÉN PASARÁ.

#TODOVAASALIRBIEN. 🙂

Filosofías de vida

Filosofías de vida

A base de toparme con mucha gente que actúa de manera parecida alegando siempre las mismas frases hechas, he llegado a la conclusión de que hay tres formas de pasar por esta vida. Tres filosofías de vida.

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1) «Soy el dueño de mi vida y puedo hacer con ella lo que quiera«. Cegados por el «Carpe Diem» más radical alegan sin matices que la vida es para disfrutarla; y, si les hablas de algo que, por no ser materialista, si se parasen a reflexionarlo fuese en contra de estos principios, te acusarán de estar tratando de cambiarles o manipularles.

La clave de la vida es disfrutar y SU libertad es lo más importante; por tanto, también te acusarán de intolerante las veces que tus palabras vayan dirigidas a detenerles cuando estén causando a alguien algún mal. (mal que ellos habían ignorado; bien por despiste porque no lo supieran, o bien por indiferencia porque les importe un bledo).

Conjuntos: a menos b. La libertad de B 'pisa' a la de A

RESUMEN SIMPLISTA: Mi libertad puede perjudicar o hacer mal a otro si repercute en un claro bien o placer para mí.

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2) «Mi libertad termina donde empieza la del otro». Esta es la filosofía más extendida. Suena bien. Tiene la diferencia fundamental respecto a la anterior de que la gente que vive así su vida sí piensa en los demás. Les tiene en cuenta. El disfrute y libertad de los que hablabamos antes tienen unos límites: el momento en que, lo que hago, interfiere en la libertad y disfrute del otro, debo tener cuidado y no molestarle ni causarle mal al prójimo.

diagrama de venn (a union b quitando la interseccion)

La frase estandarte es «Vive y deja vivir». Y lo que suelen añadir como explicación es: «Yo vivo mi vida sin hacer daño a nadie. Déjame en paz y vive tu también tu vida sin meterte en la mía». «Mira toda esa gente que hace el mal activamente. Si nadie hiciera nada malo a los demás, todo iría mucho mejor».

RESUMEN SIMPLISTA: No se debe hacer el mal. Pero con eso es suficiente; no hace falta preocuparse por los demás. Basta con no dañarles.

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3) «Mi libertad y la del otro pueden y deben fundirse». «Mi vida será mejor y habrá en ella más felicidad conforme consiga hacer felices a los demás». conjuntos - todos interactuan en la vida de todos

La máxima de alguien con esta filosofía de vida puede ser, de hecho, bastante parecida a la del primer grupo: «Ama y HAZ LO QUE QUIERAS«. El punto clave de esta frase es que puedes hacer lo que quieras si lo haces con amor (cuidandote siempre de que tu amor sea verdadero); porque «si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor «. [San Agustín]

A pesar de las críticas que puedas recibir (sobre todo de personas de las filosofías 1 y 2), si de corazón (y habiendo filtrado tu pensamiento por la razón) crees que tu obrar es lo correcto, adelante. No tengas miedo. Cuando te falten las fuerzas, recuerda de nuevo aquello de: […] donde haya odio, ponga yo amor; donde haya discordia, armonía; donde haya error, verdad; donde desesperación, esperanza […]

RESUMEN SIMPLISTA: No se debe hacer el mal (en eso estamos de acuerdo), pero no basta con «no dañar activamente a los demás»; mediante la omisión de ayuda en los momentos en que podíamos haber cambiado el mundo (‘el mundo’ de alguien con un gesto), también estamos contribuyendo a que el mal reine en este mundo. Hay que mojarse. Como dijo Einstein, «lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada».