Lo perfecto es enemigo de lo bueno

Lo perfecto es enemigo de lo bueno

Mi padre siempre decía muchos refranes…
De hecho uno de ellos era:
«El que quiera saber verdades que se agarre a los refranes».

El refrán que, desde que él no está, he descubierto que más he aplicado y en más ocasiones me ha salvado recordarlo antes de salir de casa es..:
«Al pastor, la comida y la manta nunca le pesan». Que hace buenas migas con:
«contra el frío no hay valientes».
[No podía mencionar refranes en una entrada y no mencionar este 😉 ]

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Pero en este caso voy a dedicar unas palabras al que da título a esta entrada:
«Lo perfecto es enemigo de lo bueno».

Bajo mi punto de vista mi padre lo aplicaba demasiado y cruzaba la línea que de broma añadíamos como ‘corolario’: «Lo perfecto es enemigo de lo bueno… Y lo malo es peor enemigo todavía de lo bueno«.

Es un refrán que no se puede aplicar SIEMPRE para todo; pero que sí viene bien siempre tenerlo en mente.

Muchas veces ocurre que, por pensar en hacer algo «perfecto» dejamos de hacerlo.
(por ejemplo no ir a ver a tu abuela una hora un único día a la semana porque es poco; y no darnos cuenta de que cero horas es menos todavía. O no hacer un regalo porque estás esperando a confeccionar uno perfecto / al momento perfecto; y no darte cuenta de que, por creerte que esperas la perfección, se va pasando la vida y tu regalo no entregado sigue sin terminarse.

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Me he dado cuenta de que estaba pasando lo mismo con este blog:
Hasta ahora (‘casualmente’ coincidiendo con mis años de universidad y antes de empezar a trabajar en enero de 2013) creaba entradas y artículos a los que dedicaba tiempo y repasaba varias veces hasta dejar ‘perfectos’. Desde que trabajo y tengo menos tiempo, he notado como en todo momento he sido rehacio a ponerme a escribir, pensando: «Me pondré cuando le pueda dedicar las horas que merece para crear entradas buenas».
Pero ese momento nunca llega.
Tengo una carpeta que se llama «TO-DO en mi blog» con material a modo de lluvia de ideas de posibles cosas que me gustaría contar en este blog que hace de escaparate de mis ideales. Y allí van entrando más cosas de las que salen.

Así que a partir de ahora..,
y dado que «lo perfecto es enemigo de lo bueno»..,
voy a dejar de esperar a publicar las redacciones perfectas y no caer en lo que un buen amigo que fue mi primer jefe llamaba «paralisis por análisis«.

¿Significa eso que bajará el nivel de mis reflexiones?
Pues depende de lo que consideremos por «nivel»: lo que ya os avanzo que bajará es la cantidad de texto por entrada; pero no os preocupeis que no bajara la profundidad de los mensajes de las entradas de la categoría «con moraleja». 😉

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