El experimento Milgram y la empatía.

El experimento Milgram y la empatía.

Este vídeo es una recreación real actual del experimento de Milgram de los 60’s.

Para quienes no tengan tiempo de ver el vídeo ahora, explico el experimento:

Los candidatos, de uno en uno, van al experimento pensando que se está estudiando «el papel del castigo en el aprendizaje». Allí se encuentran con otro supuesto candidato que es en realidad un actor.

El experimento que cree el candidato que está realizando consiste en que el actor tiene que memorizar unas palabras y, cuando le evalúan, cada vez que yerra, el candidato le da una descarga. Las descargas son cada vez más potentes.

El experimento real que los psicólogos estudiaban es si el candidato era capaz de seguir obedeciendo la orden de dar la descarga a pesar de escuchar al actor (que él cree que es también un candidato como él) gritando y suplicando.

No lo pongo para que digamos «vaya, ¡qué curioso!» y unos minutos después «bueno.. pero no yo nunca me voy a encontrar en esa situación; y, aunque así fuera, yo no haría daño activamente a alguien«.

Para ir un paso más allá de este primer pensamiento y reflexionar sobre si de verdad nunca te encontrarás en esa situación, podemos imaginar lo siguiente:

Un experimento similar pero en el que lo que hicieramos con nuestro interruptor fuese lo contrario: durante un tiempo, proteger o evitar el sufrimiento del que está en el otro cuarto.
¿A que eso ya te suena más a la vida real?
¿cuántas veces, por pereza (me costaría esfuerzo e implicaría un sacrificio en mi forma de vida), por egoísmo (ando muy atareado/a y no tengo casi tiempo para mí; así que menos aún para dedicar a otros), o por desinterés (tengo suficientes problemas como para fijarme y/o preocuparme por los de los demás), dejamos sufrir a gente de nuestro entorno (o de más lejos)?

A lo mejor, efectivamente no te encuentras nunca la situación de hacer daño a alguien con descargas eléctricas; pero el hecho de tener en nuestra mano aumentar o aliviar el sufrimiento de otros, no es tan lejano a la realidad como pensabamos en un principio…

Hoy, 22 de febrero, empieza la Cuaresma. Como digo siempre: al margen de que eso sea «algo de la Iglesia»…, que eso no te haga ignorar esto otro: que el mensaje de la Cuaresma (que en realidad es también el núcleo de la totalidad del mensaje cristiano) es la caridad,  el amor al prójimo y la empatía para con él y ante su sufrimiento.

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Este experimento demuestra que el entorno y una autoridad que nos impulse a hacer el mal, puede llegar a conseguirlo (el 60% de la gente llegaba a inflingir descargas de potencias que serían letales). Sin embargo también demuestra que en el 40% restante, pudo más la empatía ante el sufrimiento del prójimo a quien no conocían, que su obediencia a esas reglas fijadas o su premio ante el experimento.

¿Estas 100% seguro de que tú formarías parte de ese 40% de ‘héroes‘?

Consigamos ‘entrenarnos’ en el día a día para que así sea.

Esfuerzate, aún cuando más te cueste, en poner en práctica tu empatía hacia los demás.

Ante sus comportamientos recuerda que a veces, «mientras estás viendo con malos ojos una pajita en el ojo ajeno, tú llevas una viga en el tuyo«.  😉

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